Aquí solo desconcentra el que manda

Al final lo han conseguido. Llevo toda la semana evitando escribir, para no desestabilizar, ya sabéis. Tratando de contener mis ansias de pegarle un repasito a la calamidad que asola al club de mis amores, el Atleti. Pero no hay manera, soy un aficionado malo y escribo.

Lo del equipo, entiéndase por equipo el grupo de 11 individuos que saltan al terreno de juego cada fin de semana con la gloriosa elástica rojiblanca, no tiene nombre. Pero como 25 imágenes por segundo durante hora y media valen más que mil palabras, vayan y vean los últimos encuentros. Como soy siempre justo, debo señalar que verán a un chaval joven y de corta estatura que corre por todo el campo, lucha sin cesar y sabe lo que hacer cuando el material sintético cosido en forma esférica llega a sus pies. Ese es el jugador de fútbol que tenemos.

Cómo del equipo hay poco que decir que no se haya dicho ya, voy a cambiar de tercio con permiso de la autoridad.

El entrenador. Vosotros no lo valoráis, pero Javier Aguirre ha conseguido algo que parecía imposible: Uno, poner de acuerdo a toda la afición en algo. Y dos, quitarnos el San Benito del "pupas", porque si ahora tiene algo el Atleti es suerte. Si después de cómo hemos jugado y de los últimos resultados seguimos en Champions, algo ha cambiado. Sólo espero que no nos caiga encima y de golpe, de nuevo, ese maldito adjetivo en la última jornada... Aunque llevemos tres haciendo méritos.

La directiva. ¡Ay, la directiva! Esos que pasean en los descansos, canapé en mano, pensando que milonga contarnos esta vez... Suena sin cesar en mi cabeza la machacona serenata del "no pitéis que desconcentrais al equipo", "ya habrá tiempo de criticar", "no protestéis que nos jugamos mucho" y el largo etcétera de cuentos chinos al que nos hemos acostumbrado. Ahora, el otrora maniquí de la camiseta innombrable ha vuelto a ser el "prota" de otra escena de la tragicomedia en la que han convertido este Club. Haciendo honor a grandes personajes de títulos tan recordados como "Los Bingueros" o "Lo verde empieza en la Peineta" nos ha deleitado con una palabras dignas de un maestro en la resolución de crisis. De esas palabras que en nuestras bocas son desestabilizar al equipo, pero que en las del mago de las finanzas y amigo de los medios es un grito de aliento al grupo y un ataque de sinceridad... Que no se puede permitir un "presidente" de un equipo que tanto se juega como ellos no cesan de repetir, añado yo.

Ahora a ver cuál nos cuentan. A mi "Teo en el circo" me trae buenos recuerdos.

El tonto del acordeón. Si no sabes a quién me refiero... mejor para ti, créeme. Pues el caso es que a veces me da que pensar y me pregunto ¿Estará así de gordo por los jamones que les mandan estos? ¿Tendrá un chalet en los Ángeles de San Rafael? ¿Le escribe Gil Marín los artículos?

Otra vez vuelve a la carga con la "operación peineta", como si se llevará comisión por la venta del Calderón o el estadio fuera suyo. Sigue con la historieta de que de esa operación dependen los fichajes de la próxima temporada ¿Pero no dependían de la Champions?. Así que, para los defensores del cambio de estadio una pregunta simple y sencilla que nadie es capaz de contestar. ¿Cuanto dinero limpio le quedaría al Atlético de Madrid con esta operación y cuándo se cobraría? Me refiero al club no a los gestores, claro está. Una cifra y una fecha simple y llanamente. Libre de gastos, impuestos y remodelaciones. A ver quién me lo dice, porque eso es un argumento y lo demás... el cuento de la lechera. Y en el Atléti el cántaro no se rompe, se lo llevan los otros.

Y no sé por qué, pero cada vez que me hablan de la venta del Estadio Vicente Calderón me suena de fondo la sintonía de esa gran serie de los 90... "los ladrones van a la oficinaaa...".